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Foto del escritorSabina Peskin Coach

¿Atrapados en cómo vemos nuestra cultura de equipo?

Actualizado: 16 may 2023


Foto de Lisa Fotios
Foto de Lisa Fotios

A menudo decimos "no se puede decir lo que pensamos", "no hay lugar para desviaciones","no se puede innovar", "no hay tiempo para pausar", "no podemos irnos de vacaciones". Si bien existe una cultura organizacional que permea lo que hacemos, hay una capa adicional donde cada cual hace sus propias lecturas sobre los valores y las normas de un grupo. Eso nos lleva con frecuencia a imponernos límites que en realidad no forman parte de la dinámica. Incluso si fueran parte, profesionalmente tenemos la opción de acudir a otros espacios que se alineen mejor con nuestras necesidades actuales.


Cuando somos nuevos en una posición, tal vez es más sencillo notar lo que sucede a nuestro alrededor antes de incorporarlo como "verdad". Aunque es natural sentir ciertos miedos en los primeros días ( "¿seremos capaces?","¿seremos parte?" ), también poseemos una inocencia que nos habilita a explorar, a aventurarnos con creatividad. Con el tiempo, sin darnos cuenta, empezamos a acotar nuestros movimientos, colocando paredes que tal vez sólo vemos nosotros o nuestro grupo más cercano, ya que pensamos de una manera similar.


¿Cuántas veces te has encontrado hablando con compañeros afines sobre lo mal que están las formas en que trabajamos pero sin tomar acción alguna al respecto?

¿Cuántas veces has entrado en un proyecto que está en constante emergencia, todos corriendo caóticamente y se vuelve tentador hacer lo mismo? Nos contagiamos de la emoción imperante especialmente cuando figuras a las que les otorgamos autoridad están en ese modo de operar. La emergencia puede ser cierta, el riesgo puede ser real, pero nuestra reacción emocional frente a esa amenaza no está escrita en piedra, no es única.


Recordemos nuestras primeras experiencias laborales, con el lienzo bastante más en blanco. Con el tiempo acumulamos un bagaje de creencias de nuestro entorno laboral, académico, familiar.


No se trata de aspirar a carecer de interpretaciones, sino a ser un poco más conscientes de cómo hacemos, cuánto es nuestro, cuánto de otros, cuánto de nosotros actuando en conjunto.


¿Cómo podemos mantener una perspectiva más amplia?

  • Interactuando con personas que piensen y sientan diferente a nosotros.

  • Jugando a que es nuestro primer día y que contamos nuevamente con la inocencia, ¿que haríamos diferente si todo fuera válido?

Participando en actividades grupales no vinculadas a nuestro trabajo que enriquezcan con otras normas de hacer juntos.

  • Preguntando a otros equipos cómo nos ven actuar.

  • Reflexionando sobre cuánto nuestra interpretación se basa en lo que vemos ahora y cuánto en nuestra historia pasada.

  • Haciendo alteraciones mínimas. Presencialmente o de manera híbrida, ir probando sentarnos en otro lugar, otro escritorio. En el trabajo remoto, podríamos comunicarnos con quien no solemos hacerlo o cambiar el canal de comunicación con nuestros contactos frecuentes. Modificar el momento del día o la semana en que realizamos ciertas tareas.

  • Invitando al grupo a hablar de qué observa cada uno, a contrastar miradas sobre cómo hacemos las cosas juntos, sin "bien"’ o "mal" sino nombrar comportamientos.

Foto de Lisa Fotios


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