Entre Alérgicos al silencio y Silenciados (1era parte)
- Sabina Peskin Coach
- hace 21 horas
- 2 Min. de lectura

Nos movemos en las reuniones online entre alérgicos al silencio y silenciados. Por un lado, ese apuro por llenar los espacios vacíos; por el otro, guardar nuestras palabras para nosotros.
El artículo quedaba extenso, así que lo dividiré en dos entregas.
Alérgicos al silencio
Si muchas personas necesitamos tiempo para pensar antes de responder, ¿por qué casi nunca hay silencio en nuestras reuniones online?
Algunas razones
Hablamos para demostrar presencia. Si no hay voz constante, parece que alguien se desconectó o se distrajo.
Asociamos “participar” con “hablar”. Como si intervenir sólo contara si hay palabras.
Nos mueve la urgencia. La eficiencia. El avanzar. Aun cuando no sabemos bien hacia dónde, o cuánto hemos tenido en cuenta distintas perspectivas.
Queremos mostrar poder.
Y hay encuentros que, si somos honestos, podrían haberse resuelto en un mensaje o un audio. Son tan transaccionales que lo que parece un fluir es, en realidad, una pérdida de tiempo.
Pero hay situaciones donde el silencio es necesario
Cuando co-creamos algo nuevo. La falta de interrupción para incorporar distintas visiones me hace sospechar que no es tan nuevo o relevante.
Cuando el tema es complejo. ¿Nos damos tiempo para hacernos las preguntas que necesitan aparecer en la conversación?
Cuando hay un riesgo relacional. Detenernos. Chequear con el otro cómo se ve la tensión desde su lado. Dar espacio.
¿Qué podemos hacer cuando sentimos que falta silencio?
Proponerlo como parte de las reglas de juego para la reunión.
Enviar una pre-tarea para tener un tiempo anterior de reflexión mínimo.
Invitar a actividades donde cada uno se toma 5 minutos sin hablar antes de dar su perspectiva.
Usar tableros digitales o documentos colaborativos, asincrónicamente o durante la reunión.
Pedir una pausa cuando la necesitamos antes de avanzar, aunque otros no la precisen.
Considerar que otros pueden necesitar esa pausa, así que chequear cada tanto.
Ojo
Empezar a incluir silencios en las reuniones no quiere decir que dejemos de lado los resultados. Las pausas no reemplazan la claridad: sigue siendo importante tener acuerdos sobre qué esperamos lograr, quién se encarga de qué y monitorear cómo venimos de tiempo.
En el próximo artículo, vamos a profundizar en el otro lado de este fenómeno: cuando nos silenciamos o nos silencian.