Liderar desde la introversión también puede ser poderoso
- Sabina Peskin Coach
- hace 5 días
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Quienes me conocen bien saben que valoro los vínculos profundos por encima de las interacciones masivas. Disfruto de las conversaciones íntimas, de observar con atención y tomarme el tiempo para reflexionar antes de responder.
En el mundo organizacional, este modo de ser no siempre se asocia con el liderazgo. Suele priorizarse la exposición constante, el tomar la palabra en todo momento y el carisma frente a grandes audiencias.
Sin embargo, el estilo más introvertido también puede ser una gran fortaleza para liderar y tomar decisiones. Cultivar relaciones de confianza con personas clave, analizar situaciones complejas con detenimiento, considerar distintas perspectivas antes de construir una visión propia, delegar alentando que el equipo tome protagonismo.
Estas capacidades me permitieron generar un impacto tangible y crecer como líder regional con reconocimiento global.
Por supuesto, hubo momentos en los que fue necesario asumir un rol más expuesto: articular una visión con claridad, movilizar a otros, representar al área en espacios estratégicos. Aunque esos escenarios demandaban más energía y no me resultaban del todo naturales, aprender a integrarlos con equilibrio fue un punto de inflexión. La clave estuvo en reconocer cuándo valía la pena activar ese costado más expresivo y prepararme para afrontarlo sin dejar de ser yo misma.
Te dejo algunas preguntas para seguir pensando:
¿Qué aspectos de tu forma de ser podrían convertirse en aliados si los usas con más intención?
¿Qué situaciones te incomodan y cómo podrías abordarlas sin sobrecargarte?
¿Qué descubres cuando te das permiso para probar algo que no te resulta familiar?
Y si ya estás a cargo de un equipo:
¿Qué transmite tu forma de liderar, más allá de lo que dices?
¿Cómo puedes acompañar a otros para que reconozcan su potencial y se animen a crecer?