¿Cualquier movimiento es movimiento?
- Sabina Peskin Coach
- 14 may
- 1 Min. de lectura
Más de una vez escuché, en relación al ejercicio físico, que “cualquier movimiento es movimiento”, como si lo importante fuera simplemente empezar a moverse.
A menudo recalcamos la intencionalidad detrás de nuestras acciones, de seguir una estrategia o metodología, y esta idea, la de moverse por moverse, parecería contradecir ese orden, esa estructura.
Cuando reflexionamos sobre nuestra vida laboral, no vemos una línea continua solo interrumpida por ascensos, renuncias, despidos o cambios de rol. Más bien, como diría Lennon, es “eso que nos sucede mientras estamos ocupados haciendo otros planes”.
El día a día está lleno de mensajes, encuentros, decisiones pequeñas, y eso es, en definitiva, lo que más tiempo ocupa. Nuestra intensidad de energía varía, a veces estamos más hacia adentro, otras más hacia afuera, a veces con más atención, otras con menos.
Sin embargo, solemos presionarnos para funcionar con una eficiencia uniforme, ideal, y ahí empieza una lucha interna que muchas veces nos desconecta de nuestras propias necesidades (cuerpo incluido) y de las señales del entorno, como los vínculos afectivos, la organización o el mercado.
Entonces, cuando estamos trabados, queriendo encajar en un molde proyectado, por nosotros o por otros, podemos permitirnos una pequeña pausa. Escucharnos. Abrir la posibilidad a caminos alternativos, que quizás se alineen un poco más con cómo estamos nosotros y el contexto ahora.
Eso no significa desatender objetivos y responsabilidades, sino más bien, ampliar nuestro campo de visión y de acción.
¿Qué necesito yo, cuerpo incluido, ahora mismo?
¿Qué señales estoy percibiendo del entorno que valdría la pena tener en cuenta?
¿Qué pequeño ajuste puedo hacer hoy para responder a eso?