top of page

¿Y si la respuesta lógica no es la mejor respuesta?


Photo by Nothing Ahead

Tiene sentido seguir un razonamiento a partir de nuestras premisas. Nos hace muchas veces exitosos y, todavía más, estamos seguros de que encontramos un método infalible. No se nos ocurre considerar que podría haber alguna trampa escondida tras esa forma de encarar las decisiones.


Sin embargo cuando varios intentos similares de aplicar la misma metodología nos llevan a frustraciones, cabe sospechar que puede haber algo más ahí, que estamos jugando aislados de posibles pistas o tal vez el juego de alguien más.

Es que ocasionalmente partimos de "certezas" y a partir de ellas llegamos a nuestras conclusiones. ¿Acaso nuestra lógica no es impecable? El inconveniente reside con frecuencia en la fragilidad de nuestras suposiciones. A partir de qué creencias las construimos. Por ejemplo aquellas como “es que ya corresponde que me den el ascenso.”, “tienen que hacerme caso.”, “el problema es que no cumplen”, “no hay salida”.


Hay veces que luego de preguntas como “¿quién dice?”, “¿qué otras maneras puede haber de hacerlo?”, “¿qué acuerdo existía?”, “¿salir hacia dónde?” sigue un silencio. Un buen silencio, una pausa que permite ajustar desde dónde nos acercamos a un desafío, los fundamentos.

¿Qué podemos hacer?

En principio asumir que las piezas que utilizamos para enfrentar una situación están edificadas a partir de otras. Empezar a preguntarnos qué estamos suponiendo y qué evidencias tenemos. Eso nos permite construir estrategias alternativas que podrán resultar o no, pero sí abren posibilidades donde parecía no haberlas, nos desatascan.


Suscríbete al newsletter mensual de www.sabinapeskincoach.com sobre Liderazgo y Coaching.



bottom of page